mayo 20, 2010

Campus Kanpo: Bodas

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Que me caso!”. Esta frase puede causar auténtico temor porque suele ir acompañada de una “preciosa” invitación. Cada año, se celebran en nuestro país unos 200.000 actos nupciales y sin embargo, últimamente han dejado de incrementarse. Menos mal porque… ¿Quién no conoce a alguien que se vaya a casar estos meses? No, peor todavía, ¿quién no ha podido escaquearse todavía de una este año? Ir a la boda de un familiar o de un amigo puede sonar a película de Disney, pero realmente se parece más a un filme protagonizado por Leslie Nielsen
Al principio hace gracia, pero luego resulta ser una auténtica mierda, con perdón.

Hoy en día, estar en paro no sirve de escusa para evitar acudir a la ceremonia. Da igual mostrar a los novios la tarjeta recién sellada. No me extraña. Ahora ya no se les regala la cafetera, el exprimidor, las toallas, los platos… Lo que se hace es ingresarles una cantidad de dinero, es decir, cada invitado paga su plato, el del acompañante y el del vecino de cuarto… Y encima nos da vergüenza poner poco. Con lo que vale el “regalo”, el traje, los zapatos y la peluquería podría disfrutar de mis vacaciones soñadas. Salou también me sirve.

Maite Ortiz de Mendívil © humorenlared.com

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