Butaca de Gallinero: El espíritu
Hay un elemento común a las películas con tema navideño. Una machacona, paternalista y omnipresente mención al “espíritu navideño”. Lo que quiera que eso signifique. Si al protagonista le matan a la novia con una motosierra y clama venganza, o si un tío loco comienza a acechar a su familia, siempre habrá un personaje que dirá algo como “olvídalo, amigo, ¿dónde está tu espíritu navideño?”. Ese espíritu, ese ectoplasma etéreo, presente en clásicos como Qué bello es vivir o Milagro en la calle 34, que todo lo justifica y todo lo perdona, también lo está en engendros infumables de propaganda navideña (algunos no se toman demasiado en serio así mismos, afortunadamente) como Sobreviviendo la Navidad, Ocho noches locas, Menudo Santa Claus (¡Con Hulk Hogan!), Santa Claus conquista a los marcianos, Una navidad de locos, El Grinch, Un cuento de Navidad, Operación reno, Un padre en apuros o Fin de año maldito. El mensaje implícito es que durante la navidad hay que ser fraternal, hogareño, misericordioso, amable, caritativo y feliz, pero que no nos preocupemos, que, total, sólo son un par de semanas. Luego podemos volver a ser los mismos cabronazos de siempre. Y todo gracias a nuestro cordero Mr. Scrooge, y su sacrificio expiatorio. Amén. Roberto Aguirre © humorenlared.com |
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