Hadouken! Hadouken!: Subcontratas
La subcontratación no es algo exclusivo de las empresas constructoras, ni de Telecinco, que encarga sus programas a la asociación de nazis yonquis analfabetos coprófagos sadomasoquistas. Desde hace años, muchas compañías de videojuegos se dedican a pagar a otras desarrolladoras para que les hagan el trabajo. Luego ponen el logo de ambas y asunto arreglado, aunque a los usuarios se les quede cara de tonto. El proceso suele ser más o menos así. Una empresa, habitualmente japonesa, crea una nueva franquicia con éxito. Dos años después sale su secuela, desarrollada por una compañía diferente, generalmente americana. El juego es inferior a lo esperado, pero los usuarios pican el anzuelo y la compañía original se forra. Después, vuelta a empezar. Así lo han hecho últimamente Capcom (Dead Rising 2 y el nuevo Devil May Cry), Konami (los cuatro últimos Silent Hill), Sega (Sonic 4) y Square (Dragon Quest 8 y 9). Es una manera fácil y cómoda de vivir de las rentas, a costa de engañar a los jugadores incautos, que ven cómo su saga favorita ha perdido calidad, pero no saben por qué. Incluso Nintendo permitió en los 90 que Philips hiciera tres juegos de la saga Zelda. Koldo Gutiérrez © humorenlared.com |
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