febrero 4, 2012

El Interrogatorio – Mamá Ladilla: “Tirad la tele, el móvil y la consola por el balcón y poneos a hacer flexiones»

EL KARMA: Una pregunta súper original que no os han hecho nunca: ¿qué ha cambiado en Mamá Ladilla y qué se mantiene después de 17 años?
Juan Abarca: La rabia inicial se ha ido ablandando un poco, pero no así las ganas de hinchar las pelotas mucho, mucho, al respetable.

EL KARMA: ¿Es ahora tan fácil reírse de todo y de todos como en vuestros inicios o la actualidad da más bien ganas de llorar… o de colgarse de un pino?
J.A.: Reírse está chupado en cualquier época, no hay más que mirar alrededor. Las ganas de llorar o pender por el cuello de algún árbol, en mi caso, han bajado con el tiempo independientemente de lo que pase en el mundo. Supongo que es un proceso personal muy “antes molabais”, pero no lo cambio por nada.

EL KARMA: Vuestro último trabajo, Jamón Beibe es un disco-libro de 96 páginas. En alguna entrevista habéis llegado a decir que vender el CD solo, sin más, es una cosa tontorrona. ¿Con qué nueva estrategia de marketing pensáis sorprender en el futuro a los fans? ¿Con disco-Belén viviente? ¿Un disco-cubertería completa, tal vez?
J.A.: No es por marketing, y de hecho nos lo hemos comido con patatas, con el agravante de que cada copia es mucho más cara de fabricar. Es que el formato CD ha ido poco a poco manifestando sus cualidades de timo y de filfa, más aún cuando se tornó sustituible por otros formatos digitales. Yo ya casi sólo compro vinilos, que me hacen más gracia, o si es algo digital me lo bajo. ¿El futuro inmediato? Probablemente hacer las cosas al ritmo que uno quiera, y regalarlas.

EL KARMA: Definid a Mamá Ladilla en 9 palabras.
J.A.: Vamos allá… ¡Huy!, ya no me quedan más palabras.

EL KARMA: En esta época en la que ha descendido la venta de discos, ¿es un alivio estar tan bregados en tocar en directo?
J.A.: Es un fin en sí mismo, lo de tocar mola y ya está. En cualquier caso, dentro del rock es lo normal. No creo que nadie de este mundillo, por muy fuerte que haya pegado el pelotazo, haya basado el grueso de sus ingresos en royalties, derechos de autor y demás. Cuando se vendían discos, había ciertas cantidades que procedían de esas movidas, pero quien ingresaba mucho de ahí se hinchaba igualmente a tocar por cachés altísimos. En otras palabras, el directo (salvo alguna excepción) ha sido SIEMPRE el método natural de un intérprete para buscarse la vida. Lo que pasa es que desde hace unos años circula la “teoría” de que las cosas deben ser así, con la que mucha gente de diversas edades trata de sacudirse la sensación de culpa que les produce bajarse música. Qué tontería: ni deberíamos sentirnos culpables por copiar música en ningún formato, ni tiene pies ni cabeza que un chaval de catorce vaya impartiendo justicia divina y le diga al músico de cincuenta de dónde “debe” sacar sus ingresos. Límpiate los mocos, niño.

EL KARMA: ¿Cuál creéis que es mejor promoción para un grupo: 20 buenas críticas en revistas y blogs musicales o una cuña de 20 segundos en un anuncio en televisión?
J.A.: Dependerá de lo que ese grupo busca, o de dónde lo quieren “colocar” los tiburones que se encarguen de él.

EL KARMA: ¿Qué grupo (existente o ya disuelto, histórico, recién llegado…) os gustaría que os taloneara?
J.A.: Black Sabbath con Dio.

EL KARMA: ¿Qué es lo último que hacéis antes de subir al escenario?
J.A.: Dar botes, calentar, estirar, vocalizar.

EL KARMA: ¿Y lo primero al bajar?
J.A.: Nos damos un abrazaco.

EL KARMA: ¿Dónde disfrutáis más tocando, en un garito o en un macrofestival?
J.A.: En ambos, cada uno a su manera. En el garito tienes la cercanía y una sensación más “real”, en el festival tienes sonidazo del copón y miles de cabecitas en lontananza. Mooola…

EL KARMA: Grupos que escuchéis que no conozca nadie.
J.A.: Astrud

EL KARMA: ¿Qué disco (propio o ajeno) no podéis dejar de escuchar?
J.A.: Mezmerize, de System of a Down.

EL KARMA: Un consejo para la juventud.
J.A.: Tirad la tele, el móvil y la consola por el balcón y poneos a hacer flexiones. Un, dos, un, dos.

EL KARMA: Una frase para la historia.
J.A.: “Y fueron felices y comieron perdices”. (Es para ponerla al final de la historia).

© humorenlared.com

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