abril 18, 2012

Butaca de Gallinero: Mudo

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Dicen que más vale caer en gracia que ser gracioso. Y eso es exactamente lo que le ha pasado al señor Michel Hazanavicius, director de la multioscarizada película, adorada por crítica y público, The Artist. No seré yo quien critique o ponga en entredicho los méritos de la cinta. Ni toca ni me apetece. De lo que estoy harto es de la matraca con la que han machado los medios. El rollo ese de que la película está rodada en blanco y negro y ¡es muda! Cualquier aspirante a director podría pensar que si a él se le hubiera ocurrido antes hacer esa genialidad en pleno siglo XXI se hubiera forrado. Y aquí es cuando vuelvo a incidir en la primera frase que he escrito.
No hace falta remontarnos a ejemplos con solera. Ni siquiera me voy a remontar a Las vacaciones de M. Hulot (1953), El botones (1960) o La Última Locura (1976) de Mel Brooks. Un ejemplo (y hay bastantes más) me basta. El canadiense Guy Maddin dirigió en 2006 Brand Upon the Brain. Película también muda. También en blanco y negro. Y no se comió ni media rosca.

El éxito y el reconocimiento de The Artist no es un ejemplo de audacia sino de cómo Hollywood (la película es francesa pero los Oscars son más americanos que el pastel de manzana), seco de nuevas ideas, se agarra a un clavo ardiendo para simular (y estimular) soplos de aire fresco. Aunque tenga que acudir a fuentes que huelen a rancio.

Roberto Aguirre © humorenlared.com

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