Juego de niños: De qué van
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En los suplementos de la prensa es tendencia eso de buscar tendencias. Lo mismo detallan cómo-vestir-esta-primavera que se hacen eco de “estilos de vida” a la última. Ahora hablan de la “nueva domesticidad”, corriente que, como todo lo ultramodernísimo, viene de Estados Unidos. Allí la periodista Emily Matchar dedica su libro Homeward Bound a teorizar sobre algunas mujeres que aparcan su profesión. Retornan al hogar para parir en casa, criar con apego, educar sin escuela, hornear pan, tejer y cosas así. Una mezcla de ama de casa años 50 y hippismo antisistema que a ver dónde encaja. Según Matchar son opciones individualistas y nocivas para el avance social. Un claro retroceso que, además, eleva el listón de lo que se considera una maternidad óptima. Coincide así con la filósofa Élisabeth Badinter en criticar ese modo de vida como una nueva forma de esclavitud y una amenaza para el progreso feminista. Y digo yo, ¿cómo puede considerarse retrógrado que las mujeres retomen el poder sobre sus cuerpos también en el embarazo y en el parto? ¿O reaccionaria su principal consecuencia, una maternidad que no escatima tiempo, ni teta, ni regazo? Algunas quieren dictar el modo correcto de ser mujer, para sustituir al que dominó durante siglos. De qué van.. Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com |
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