Puños Fuera: Sacamantecas
En 1880 daban garrote vil en la Prisión del Polvorín de Gasteiz, a Juan Díaz de Garayo el Sacamantecas. La locomotora progresista traía consigo el primer asesino en serie vasco que, gracias a la prensa y otros adelantos de la época, colocó a la sociedad local en los parámetros de crueldad característicos de urbes de avanzada como la londinense. Así, pese todavía a la carencia de smog, la falsa neblina escupida por las chimeneas fabriles, el aldeano podía medirse ahora de igual a igual con criaturas típicas de la modernidad como Jack el Destripador.
En tiempos de turbocapitalismo y teleserie, la marca Bilbao ya tiene su propio serial-killer. Pero, si durante la ejecución de Sacamantecas aseguran que podía escucharse el secreto a voces de que su muerte tapaba algunos de los habituales crímenes de los señoritos de la villa, los presentes hechos, frivolizados por los media y aderezados con maniobras institucionales al más viejo estilo de la contrainsurgencia antiterrorista de los 90, manifiestan la doble moral de quienes continúan lucrándose con el negocio del patriarcado, mientras rentabilizan el falso duelo por las mujeres asesinadas que éste genera. |
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