De todas maneras el tratamiento que hizo del 23-F no fue bueno. Juan Carlos fue uno de los responsables de aquel golpe de estado. Su preceptor y jefe de la casa Real, Alfonso Armada, mantuvo aquel mes de enero de 1981 más de veinte reuniones con su antiguo jefe y él fue uno de los complotados, el famoso Elefante Blanco. Forzó con Suárez que le nombraran segundo jefe de estado mayor y ante su negativa esperó que éste dimitiera en enero de 1981 para llamarle al ministro de defensa, Rodríguez Sahagún y éste en un momento de debilidad, lo nombró. Pero esto no se quiso investigar en el juicio que posteriormente tuvo lugar. Armada acaba de morir y ya hemos visto que de setenta años de cárcel por hacer lo último que debe hacer un militar ante el poder constitucional establecido que es sublevarse, no pagó ni la quinta parte de la pena. Era un protegido de su Majestad.

Lo que si queda claro en el reportaje es que el rey está por encima de la ley, cosa que no ocurre en ningún estado de derecho que se precie. Pues Juan Carlos sí. Fue la condición que se puso al inicio de la transición para no ser responsable de sus actos. Y ahí sigue. Si esto se oculta con una política de manipulación, silencio, culto a la personalidad, ensalzamiento cortesano un socialismo entregado y obsequioso, una prensa corrupta por permitirle todo: comisiones, cacerías escandalosas, amantes, ser un auténtico majadero en las relaciones personales, humillar a su mujer reiteradamente como bien dice el reportaje de Canal Plus, ¿alguien puede extrañarse que a nada que se haya abierto la veda informativa, haya entrado un rayo de sol en la estancia cerrada y húmeda, la aceptación de la institución siga bajando y no llegue a la mitad de los ciudadanos? Si a Drácula el sol le mataba, a la monarquía también.

Y para completar el cuadro, la correcta imputación de la Infanta, el procesamiento del yerno y los mil equilibrios para que no se siga investigando y su hija salga incólume y sin pasar por el juez de un caso que a la esposa del socio de Urdangarin le llevó desde el principio a la imputación. Y todo esto defendido por un ponente constitucional como Miquel Roca y trabajando la señora imputada en la Caixa y viviendo en Ginebra. ¿Cómo puede hacerlo si según dicen unos es rematadamente tonta o delinque porque está enamorada? Todo pues propio de la España de Rinconete y Cortadillo, de la España del presidente de la Ceoé en la cárcel por ladrón, el país del tesorero del PP en Alcalá Meco, el país de las empresas que dan lustre a la Marca España pero hacen bajas temerarias y no pueden cumplir sus compromisos como en Panamá, el país de los seis millones de parados, el país con su jefe de estado compungido por el paro juvenil pero retozando con su amante en Bostwana y cazando elefantes…
Ojalá haya muchos reportajes como estos pero se pasen en el canal público, TVE, o en cualquiera de los privados para que el ciudadano vea de una vez como le han mentido, como le han ocultado la verdad, como le han manipulado los hechos.

Y que cuenten la verdad sobre lo que es una República y que no sigan manipulando con la guerra civil, y que no nos digan que podría ganar Aznar y que no sigan ensalzándonos los privilegios de una familia, frente al voto popular. Esa es la clave. Y será entonces cuando esta monarquía española tan corrupta, muera de una vez..

Iñaki Anasagasti © humorenlared.com