Psico: Incontinencia Verbal
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 Sin llegar a ser un trastorno psicológico grave, como puedan serlo el Trastorno de Ansiedad o la Fobia Social, la incontinencia verbal supone la incapacidad del individuo para controlar sus palabras y expresarlas solamente cuando éstas aportan algo productivo a la conversación. El incontinente es incapaz mesurar su discurso o de jerarquizar la pertinencia o relevancia de sus palabras. “Gran Hermano ha hecho mucho daño”, aventura el Psicólogo Carmelo Nart especialista en Disfunciones del Lenguaje y Erectiles. “Ha puesto de moda desde hace años eso de cacarear que se es una persona sincera que dice las cosas a la cara. A menudo se confunde la honestidad con la verborrea kamikaze. No todo se cuenta. Desde luego no a todas horas”.La incontinencia verbal no solo es un problema para quienes rodean al incontinente y tienen que sufrir su discurso inacabable, con frecuencia repleto de trivialidades, repeticiones, inexactitudes, quejas y recriminaciones. También es un problema para el propio individuo aquejado de este defecto, que no puede regular por si mismo el flujo de información (muchas veces insustancial, pero no siempre) ni el tono o gravedad del mismo. “Eso puede relegarle al ostracismo, bien por no poder confiar en una persona que larga todo lo que oye o por no querer ni ver a quien ha revelado secretos inconfesables ante terceros solo por quedar bien y tener tema de conversación”, apunta Nart. Los incontinentes verbales pueden someterse a terapia y controlar su antisocial tendencia, pero a menudo no reconocen su trastorno y renuncian a tratarlo. Con suerte terminan como tertulianos en debates televisivos de máxima audiencia, en talk shows o en los zappings que se nutren de esos talk shows. Dra. Luisa Bergara © humorenlared.com |
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