mayo 27, 2014

Gora Euskadi: Todo es maltrato

Una cosa es la tiranía de los caracteres, que limita al aguerrido periodista a la hora de explayarse en sus ansias por contar la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad, en aras de la objetividad, la libertad, la justicia social, etcétera. Otra, muy diferente, es el resumen abyecto. Por poner un ejemplo inocente, sin ninguna intencionalidad, si el Papa Francisco acudiera en visita oficial a un barrio marginal donde muchas de sus vecinas (del barrio, no de Francisco) ejercieran la prostitución, a ningún avezado reportero le daría por titular un reportaje a cinco columnas “El Papa Francisco, heredero del Trono de Pedro por la gracia de Dios, acude en alegre periplo pastoral a un popular barrio en el que un nutrido grupo de mujeres vende su cuerpo cual Meretriz de Babilonia”. Está claro que no. Pero tampoco se le ocurriría titularlo, en su ansia por extractar, “El Papa se va con putas”.
Bueno, pues algo parecido sucede con el titular que nos ocupa y que encabeza estas líneas. El texto versa sobre penas alternativas para evitar la cárcel y su autor comienza el titular con un “3.000 maltratadores o conductores vascos cumplen penas…” que deja el cuerpo en pasmo. ¿Qué significa eso? ¿Que “conductores vascos” es un sinónimo de “maltratadores”? ¿Que “conductores vascos” y “maltratadores” pertenecen a una tipología delictiva equivalente? ¿Que ser “conductores vascos” es delito? Para cuando se nos informa de que el 65% de los delitos menores que pueden acogerse a estas penas sin prisión se dividen entre agresiones sexistas e imprudencias al volante, el mal ya está hecho.

Y me cuestiono yo, ¿tan denodado esfuerzo suponía escribir “3.000 personas conmutan sus penas de prisión por trabajos en beneficio de la comunidad”? Ya están los subtítulos y las entradillas para completar la información, tampoco hay que acaparar. La eterna pregunta que toca hacerse es si tan desafortunado ejercicio periodístico se debe a mera incompetencia redaccional (por la razón que sea) u obedece a cuestiones más intencionales, relacionadas con un cierto hambre de provocación vendetitulares y de generación de miedo de tipología Estamos rodeados. Aunque, ahora que lo pienso, a lo mejor lo que sucede es que las vendettas internas en Vocento, con sus puñaladas traperas entre Ybarras, Urrutias, Bergareches, Echeniques  o Castellanos, hacen que las redacciones de sus periódicos vean maltrato por todas partes. Y también conductores imprudentes. No necesariamente vascos.

Héctor Sánchez © humorenlared.com

 

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