Alguien tendrá que explicar las prisas por hacerle otra muleta legal al padre de Felipe VI. Una ayudita de nada, para que nadie pueda importunarle tras 39 años de inviolable reinado. Quizá esas prisas obedecen a que amasar una fortuna de 1.700 millones de euros según The New York Times, 2.000 según la cadena estadounidense NBC, no cuadra con la suma de los “salarios” que legalmente haya percibido durante su uso del trono. Seguro que a Don Juan Carlos no le han faltado nunca cortesanos dispuestos a echarle un cable y a explicarle cómo se multiplican los panes y los peces. Dicho de otro modo: durante estos años mucho ha debido de aprender sobre cómo rentabilizar su dinero. O el nuestro.

Y es que no es fácil sacar las cuentas. A saber. Qué parte ha puesto el Estado en dinero público de todos, o en especie. Qué porcentaje pudiera haber obtenido por los “servicios prestados” que tanto le ha agradecido la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. O qué pico le podrían haber donado graciosamente amigos de aquí y de allá. Como afirmó en una ocasión Rockefeller, “puedo contestar todo tipo de preguntas pero no me pregunten cómo hice mi primer millón de dólares”. Si el magnate levantara la cabeza se toparía con un alumno aventajado. El Borbón no tendrá que responder a nadie. La Ley le ampara. Los hay con suerte.

Julio Albitre Polo, director de EL KARMA.