Hotel y Domicilio: La Mujer Invisible
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![]() La Mujer Invisible dirigida por otro grande Hollywood, el también protagonista del film, Ralph Fiennes, trata sobre avatares más mundanos, si bien quienes los padecen son tan populares como los más célebres paladines de Marvel o DC. La cinta cuenta el romance que el escritor Charles Dickens (Fiennes), un personaje en el pico de su popularidad por aquella época (no como los rijosos de Kafka o Kennedy Toole, que no se comieron un colín estando vivos), mantiene con la escandalosamente joven Ellen Ternan (Felicity Jones), a pesar de estar casado con la oronda Catherine Thompson Hogarth, interpretada por Joanna Scanlan, actriz especializada en hacer de persona oronda en películas históricas sobre artistas célebres que se enamoran de jóvenes mucho más jóvenes que ellos (como en La Joven de la Perla). El notable trabajo actoral queda deslucido por una química entre los amantes protagonistas que no termina de cuajar, y que decepciona. Sobre todo después del tiempo (metraje, se entiende) que se toma Fiennes-Dickens para llevarse al huerto a la incauta doncella. La segunda parte del film, esa en la que la sombra del desprestigio y el escarnio público amenaza a la pareja de descubrirse el pastel (la sociedad victoriana no se ha caracterizado por ser ejemplo de liberalismo social y sentimental) retoma el pulso del melodrama, pero no lo lleva a las alturas cinematográficas que la premisa argumental podía augurar. A pesar de sus defectos e inconsistencias, la segunda incursión del inglés detrás de las cámaras (la primera fue Coriolanus) es una producción más que digna y nada complaciente, realizada por un actor que a estas alturas estaría hasta el copetín de ser recordado por interpretar a Lord Voldemort. Con lo que él ha sido. Horacio Sandoval © humorenlared.com |
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