Gora Euskadi: Saltó la liebre
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Donde menos te lo esperas salta la liebre. Me dispongo a leer una entrevista ligera al escritor de una novela policíaca en la sección de Cultura y Sociedad de EL CORREO, ufano, despreocupado, ajeno a cualquier obligación creativo-laboral, cuando me fijo mejor en el titular. De entre todos los chascarrillos, muletillas y lugares comunes que inundan el diálogo escrito, el entrevistador decide elegir, por sus huevos toreros, “La vida se está convirtiendo ya en un ‘reality show’”. Y eso me cabrea. Sobre todo porque el médico de cabecera me dijo que me vigilara los niveles de perogrullismo en sangre, que tenía la cretino-globulina muy alta. El titular me los ha puesto por las nubes y eso no hay barril de Actimel que lo arregle. ¿Cómo que “se está convirtiendo ya”? Si eso es una primicia Paquirrín es el nuevo David Guetta pero con más flequillo. Coca y Sanclemente, entrevistador y entrevistado, parecen inmersos en un ejercicio de onanismo intelectual consistente en dejar patente lo tonta del culo que es la gente, el vulgo, el pueblo llano, que, pudiendo leer prensa objetiva, se dejan enmarañar por esa ola de modernidad cibertelevisiva. La de los Facebooks, y los Twentis, y los Twitters, y los sacrificios rituales de la intimidad oficiados por la suma sacerdotisa Mercedes Milá. Y no van más allá.
Dicen estos que la vida “se está convirtiendo ya” en un reality show. La vida siempre ha sido un puñetero reality show. “Reality”, porque es lo que hay, y eso no lo corrige ni una tortilla de LSD sobre cama de Paroxetinas tiernas. Y lo de “show”, porque, aunque no hay guión y la dirección y producción a menudo son pésimas, nos pasamos la existencia deseando que se renueve la temporada (y que la próxima mejore un poco, porque la última no ha tenido ni maldita la gracia). Y todo eso convenientemente aderezado con una larga tradición de uso y abuso de cámaras de videovigilancia; de revisión y registro de movimientos de las tarjetas de crédito de perceptores de la RGI; de juicios paralelos en los medios de comunicación; de asaltos callejeros de encuestadores de la sección Ciudadanos del periódico preguntándote qué opinas de los váteres del Nuevo San Mamés; de confesiones públicas y voluntarias en el Telediario, en horario de máxima audiencia, corroborando que, efectivamente, eres tú al que le han tocado 400.000 euros en la Lotería de Navidad y ese de atrás es tu portal… Eta abar. De “ya” nada, caballeros, que el control social es cosa vieja. Pero, bueno, no sé. A lo mejor me he exaltado. Quizá le estoy dando demasiada importancia a un lapsus linguae. Puede que estos señores sean personas maduras, chapadas a la antigua, aferradas a las tradiciones, que cándidamente se decantan por el papel impreso y desconfían, con el candor del desconocimiento, de otros medios y formatos emergentes. Voy a ver quién son. César Coca, adjunto a la dirección de EL CORREO. Vaya. Ahora el currículo de José Sanclemente… Novelista, consejero delegado del Grupo Zeta, presidente de la Asociación de Editores de Diarios, fundador de ADN, presidente del Consejo de Administración de Eldiario.es… A ver si no va a ser lo del candor. Héctor Sánchez © humorenlared.com |
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