Puños fuera: Mientras tanto
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| Nada cambia, al parecer, pese al desplome evidente. Las élites económicas, conducen con los ojos tapados por su autopista al infierno, repitiendo en cada curva el mantra “Business as usual”, su seguir con el negociete como siempre han conocido, mientras la masa desarrapada, convertida en un ejército zombie del consumo de serie B, se entrega sin pasión al único deporte conocido, el Shopping, ahora en franquicias de bajo precio, mercadillos de saldos para quienes pretenden seguir siendo esa clase media de la que les contaron que formaban parte.
Y mientras nada cambia, la guerra social abandona los titulares y se traslada a las páginas de sucesos. Ordenadores derribados por parados anónimos o gasolina derramada sobre las mesas, son algunos de los incidentes que salpimientan el día a día de las oficinas del paro. Gritos desesperados de funambulistas sin red que, prescindiendo de banderas, se lían la manta a la cabeza y rompen por un instante el escaparate de una falsa normalidad a todas luces ilusoria. Jtxo Estebaranz©humorenlared.com |
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