diciembre 5, 2014

Butaca de Gallinero: Zellweger

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Qué tonta es la gente, madre mía. Todo el mundo se ha puesto a bajar de un burro a Renée Zellweger porque se ha hecho no sé qué de una cirugía plástica que la ha desfigurado hasta el punto que parece la prima birrocha de Robin Wright. A ver, almas de cántaro, ¿pero no os habéis dado cuenta de nada? Es un montaje. Mon-ta-je. Fa-rán-du-la. Pro-mo-ción. ¿No os dio una pista el rollo ese en el que se metió Joaquín Phoenix? Que si había dejado la interpretación, que si era un drogadicto, que si era una persona violenta, que si se había vuelto loco. Y al final ni dejaba lo de actor, ni era violento, ni le pasaba nada a su salud mental. Se trataba todo del falso documental (mockumentary, que dicen) I’m Still Here.

Pues con Zellweger lo mismo. Todo es un truco publicitario para promocionar una película de la que aún no hemos oído hablar pero con la que nos bombardearán dentro de unos cuantos meses. No hay más que entrar en IMDB y comprobar su último proyecto, aún en preproducción: Same Kind of Different as Me. Tan diferente como yo (más o menos). Blanco y en botella. Luego aprovechará que ya tiene la operación hecha para interpretar a Donatello en la segunda y tercera partes de Las Tortugas Ninja y a forrarse. Inocentes.

Roberto Aguirre © humorenlared.com

 

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