Gora Euskadi: Pobre de ti
![]() |
|
Me lo había prometido a mí mismo. Que no me iba a llevar mal rato. Después de aquella bomba lapa en los bajos de la inteligencia del lector medio del mes pasado (ver EL KARMA 166), había decidido dejarlo pasar. Me había propuesto no frecuentar la prensa diaria para no fomentar una rebelión de mis jugos gástricos, que al paso que va la burra con la sanidad pública, la futura úlcera me la voy a tener que curar yo solo con tiritas masticables. Pero qué le voy a hacer, soy un animal de costumbres. Necesito la prensa. La bandeja del horno no se limpia igual de bien con papel de cocina. Y, entre frota y frota, atisbé lo que me temía. La curiosidad me hizo desplegar aquel gurruño de tinta, costra y celulosa. Y ahí estaba. El titular. Y qué titular. El Correo (tenía que ser Ariel…). Domingo 30 de noviembre. Ignacio Fernández Toxo: “Tener un empleo ya no es una garantía para salir de la pobreza”.
Imagino que en el momento en que el Secretario General de CC.OO. terminó de pronunciar semejante revelación los mares se abrieron, la tierra rugió, la luna se tiñó de sangre y los muertos salieron de sus tumbas. Probablemente para darle collejas hasta descoyuntarse el escafoides por semejante perla retórica. Aunque peor es el periodista, que entresaca el titular convencido de haber encontrado el scoop del año. O el escupitajo del día. ¿Desde cuándo tener un empleo ha sido garantía para salir de la pobreza? ¿Nadie se acuerda ya de colchoneros, aceituneras, aprendices de chatarrería, criadas, recaderos, castañeras, peones de obra, planchadoras, jornaleros, cabreras o mozos de cuerda? Todos con un empleo y el carnet de pobre entre los dientes. Tampoco hace falta remontarse a la autarquía franquista. Aún centelleaba reluciente la oronda burbuja inmobiliaria, proyectando sus reflejos sobre las longanizas con las que se ataba a los perros, cuando figuras laborales como “jornada completa” o “contrato indefinido” parecían a punto de correr la misma suerte que el Diplodocus o el video Beta. ¿Qué será lo siguiente? ¿Decir que los esclavos de las plantaciones de algodón tenían mucho cuento porque habían vivido por encima de sus posibilidades? Héctor Sánchez © humorenlared.com |
Pincha aquí para ir a otras columnas de Héctor Sánchez
Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados