febrero 11, 2015

Campus Kanpo: El running

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Yo siempre he sido atea. Y no voy a hablar de cómo ha sido la Navidad, no. Aunque realmente no es una fecha que me guste señalar en el calendario (algún cabrón ya lo suele hacer por mí). Soy atea e inmune a las sectas, sobre todo al grupo de los amantes del running. Sí, correr, que en los ochenta se llamaba jogging y después fue footing.

Da igual que llenéis las calles con vuestras caras de estar practicando sexo tántrico, a mí no me engancháis. Hacéis vuestras quedadas de manera regular, con vuestros modelitos del Decathlon y vuestras apps que miden absolutamente todo: desde los kilómetros que hacéis hasta las galletas que os podéis comer luego. Pero galletas las que me apetece daros cuando fardáis de la satisfacción que os produce correr. Que si engancha, que si luego uno se siente mejor, que si es un verdadero placer… ¿Y seguro que con esas frases consiguen más adeptos? Porque a mí no me convencen. Prefiero creerme que al morir me voy a encontrar con setenta y dos vírgenes. Me resulta bastante más creíble. Además, seguro que es muchísimo más gratificante. Sí, he dicho esto siendo mujer, sí. Y quien se ofenda, que se mate a sí mismo… y solo.

Maite Ortiz de Mendívil © humorenlared.com

 

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