Península Histérica: Charlie
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La masacre cometida en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo ha provocado cierto debate sobre los límites de la libertad de expresión y debate sobre el desmarque del mensaje Yo soy Charlie. Independientemente de que el mensaje haya sido más o menos utilizado por los poderes fácticos que se sumaron a la primera fila de la protesta y que las consecuencias de tan deleznable crimen supongan más recortes de libertades y más demagogia populista, algunas ideas debieran de quedar claras a mi entender. El Charlie Hebdo podrá ser sospechoso de muchas cosas, pero desde luego no de arrodillarse ante el Poder y el sistema de partidos. La libertad de expresión en publicaciones como Charlie Hebdo debiera de ser máxima. Desde luego sería rechazable un editorial anti-islam (o cualquier otra religión) del tipo de la que el Charlie practica en cualquier periódico de los llamados serios. Pero lo que parece olvidarse es que Charlie Hebdo es una revista satírica, de humor y su deber es hacer mofa y befa de lo divino y de lo humano. Sin distinción, ni censura previa. Por eso, por favor, sigamos riéndonos… Miguel Fernández © humorenlared.com |
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