mayo 24, 2015

Gora Euskadi: Anestesia general

En esta ocasión el despliegue es discreto. Apenas dos columnas, exiguas, arrinconadas en una página par, agazapadas a la espera de que el lector incauto cruce tan lóbrego callejón del periódico y la noticia le salte al cuello con alevosía. Ya veremos si con ensañamiento. El titular reza así: “Crece el número de médicos jóvenes con problemas mentales y de alcohol o drogas”. Ole con ole.
Cuando parecía que las aventuras privatizadoras, los levantamientos populares de pensionistas en contra del copago farmacéutico, la trama del Sovaldi o la huelga de Osakisetza cubrían ya todo el espectro informativo alrededor de la Sanidad Pública, EL CORREO, bregado en mil batallas, y aún más escaramuzas, hace gala de su veteranía e introduce una nueva variable para terminar de noquear al usuario, que bastante tiene con seguir el hilo de las intrincadas tramas de Don Celes. Ahora resulta que, además de todo lo anterior, de los recortes, de las esperas interminables en la antesala de urgencias, de los tratamientos que no llegan, debemos preocuparnos de que la nueva tendencia entre los médicos ya no es que rellenen las recetas en sánscrito bengalí sino que se debatan entre la politoxicomanía y el desequilibrio mental severo.

Como siempre, el cuerpo de texto contextualiza el asunto. Que si la carrera es muy larga y el paro estresa mucho. Que si los facultativos también tienen derecho a ir al psiquiatra como cualquier hijo de vecino. Que si yo no me he comprado la biografía ilustrada de Bartolomé Beltrán para seguir viviendo de alquiler… Pero para entonces, al lector, que lo mismo le van a extraer una muela mañana o un nódulo de tiroides en un par de meses, ya le ha entrado la crisis nerviosa de imaginarse intervenido por un cruce entre Pocholo Martínez Bordiú y Leopoldo María Panero.
Vayan ustedes a saber si el titular responde a una apuesta entre gacetilleros, a ver quién frivoliza con el exabrupto más bronco, o a un interés genuino de la dirección del diario, que se preocupa por los ciudadanos. Porque los consejeros y ministros de sanidad vienen y van, pero la seriedad y el rigor informativo están para quedarse. Una pena que el juicio de falso Shaolín les haya dado tan poco juego.

Héctor Sánchez © humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Héctor Sánchez

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados