Debajo de la palmera: ¿Dónde está enterrado mi padre?
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Las elecciones del 25 de mayo fueron una sacudida de alta tensión para el PP. Dos días más tarde teníamos sesión en el Senado. Un orden del día que comenzaba con tres preguntas al presidente Rajoy. Nada más entrar un aplauso cerrado de los senadores populares le dio la bienvenida. Dijeron los malintencionados que con menos decibelios que otras veces. Este rito lo inició un senador gasteiztarra cuando el primer día, entusiasmado lo hizo y ha quedado como obligado recibimiento de los populares. Pero ese día era el de darle puñaladas a Rajoy. Sic transit gloria mundi. Y ese día también bajaba yo a los servicios de informática del senado y coincidía con Jose Antonio Griñán que entregaba su tableta y ordenador. El todopoderoso Griñán, ex ministro, ex presidente de la Junta de Andalucía, ex presidente del PSOE se iba despidiendo entregando estas cosas. En el ascensor coincido con Belloch. Acababa de dejar de ser alcalde de Zaragoza «¿Qué vas a hacer?» le pregunto. «Volver a la Audiencia a firmar sentencias en Zaragoza. Empecé en Bilbao» .Y saludo a Montilla, preocupado por Barcelona. Y mientras nos felicitan, voy cosechando despedidas y amarguras. Un ciclo termina.
En este ambiente me llaman a participar en una reunión con representantes de la Memoria Histórica. Estuve el 25 de marzo con ellos y, como consecuencia de aquella reunión, firmamos la petición para crear una ponencia que de a las Víctimas del franquismo una visibilidad que no han tenido en cuarenta años. Un señor de 72, nos dice «quiero que mis hijos y mis nietos sepan dónde están los restos de su abuelo, de mi padre. Solo eso. Y ya es hora. ¿Es mucho pedir?». Y se solicitan más cosas. Todos los senadores, salvo el PP y pertenecientes a más de un grupo parlamentario nos dirigimos a la Mesa para proponer la creación de una COMISIÓN ESPECIAL PARA EL ESTUDIO E IMPLANTACIÓN DE LAS RECOMENDACIONES CONTENIDAS PARA ESPAÑA EN MATERIA DE MEMORIA HISTÓRICA EN LOS INFORMES DE GREIFF Y DZUMHUR-DULITZKY DE NACIONES UNIDAS. Sobre la recuperación de la memoria histórica en el estado español por su rigor y profundidad, destacan los recientes informes de Naciones Unidas, conocidos como De Greiff y Dzumhur-Dulitzky, realizados tras sendas visitas a España de los respectivos grupos de trabajo durante los años 2013 y 2014, y presentados ambos en la 27ª reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, de los días 9 a 11 de septiembre de 2014. Los informes en cuestión recogen recomendaciones que afectan a una gran diversidad de cuestiones (promoción de la verdad, justicia, reparación, garantías de no repetición, desapariciones forzadas…) y que alcanzan a una gran variedad de departamentos institucionales del Estado. Recomendaciones que se han realizado desde la experiencia y especialización que tiene una institución como la ONU. Desde la implicación de Naciones Unidas en otras situaciones similares ocurridas en otros muchos países. Desde la proximidad del trabajo de Naciones Unidas, puesto que los autores de los informes, realizaron un arduo trabajo sobre el terreno, manteniendo contacto con autoridades de las distintas instituciones españolas, con representantes de la sociedad civil, incluyendo víctimas, familiares, asociaciones, académicos, médicos, arqueólogos y antropólogos forenses, historiadores, abogados, y el Secretario General de la Conferencia Episcopal, además de visitar sitios emblemáticos de memoria en Madrid, Andalucía, Barcelona y Galicia. Unos informes que suponen, por ello, una inaplazable oportunidad, dada su calidad y minuciosidad, para reforzar la apuesta del Senado y de la Plataforma en materia de Memoria Histórica, desde una gran diversidad de ámbitos y de materias. En este contexto, el pasado 24 de marzo, Día Internacional del Derecho a la Verdad, el Senado acogió una jornada de reflexión y diálogo, auspiciada por diferentes grupos parlamentarios y alentada por la Plataforma por la Comisión de Verdad. En el desarrollo de la misma, se alcanzó el compromiso de impulsar la creación en la Cámara Alta de una Comisión Especial que, en relación a los citados informes de Naciones Unidas, y desde el reconocimiento y apoyo a todas las víctimas de la guerra civil y de la dictadura franquista, proponga, con el máximo acuerdo posible, la implementación de las recomendaciones contenidas para España en los citados informes, haciendo una propuesta dirigida a corregir deficiencias y encarar las tareas aún pendientes en materia de Memoria Histórica. Y, el mismo sentido, formule los cambios administrativos y legislativos, que para ello fueran necesarios, entre ellos, los necesarios para la creación de una Comisión de la Verdad y la prestación de un mayor reconocimiento y apoyo a todas las víctimas de la Guerra Civil y del Régimen franquista. Terminada la presentación, tomamos la palabra. En mi turno comenté que la política es vencer resistencias. Y que estaba seguro de que el PP, con su actual mayoría absoluta, iba a rechazar ésta iniciativa como si ellos no representaran un partido democrático, sino al franquismo. Algo único en Europa. Pero que era una forma buena de acabar la legislatura en el Senado era ésta, con un broche de oro en favor de un colectivo preterido. Y sabiendo que en siete meses, otra correlación de fuerzas en las Cortes Generales hará posible que tras cuarenta años de invisibilidad y silencio, este asunto entre en la dimensión que le corresponde. Nuestra experiencia con el Valle de los Caídos, la Ley de Memoria Histórica, el reconocimiento del Bombardeo de Gernika, la devolución del edificio de la Av. Marceau ha sido siempre penosa cayendo estas iniciativas en la papelera del PSOE y del PP. Pero esto va a cambiar. Menos mal. Ya queda menos. Iñaki Anasagasti © humorenlared.com |
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