Puños fuera: Coletas
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En estos últimos coletazos del capitalismo europeo, no es difícil detectar los síntomas de degradación que preceden a su colapso. Basta con entrar en cualquier establecimiento (vale una gran superficie, pero también un fastuoso centro cultural) y contar entre sus currelas, coletas. Arrebujada en este apaño, se encuentra una siempre postergada promesa de limpieza, y que trae a colación su desapego a un curro mal pagado y con peor horario. O eso, o la cola del paro. Colistas de un seguro empobrecimiento que asola ya los territorios circundantes, nuestros convecinos han prorrogado el mandato de los de siempre, que les han colado el bulo de la recuperación. Otros, los más osados, siguen confiando en que a la Betty la fea de la crisis, se le pueden quitar las gafas y deshacer las coletas, para que aparezca la guapa sociedad del capitalismo humanizado. Seguidores todos de esta patética telenovela que padecemos, cada cual sabe que cada capítulo será peor que el anterior, pero, incapacitados para imaginar otros mundos, se sigue con tedio su infumable trama. Esbozarlos desde la cólera colectiva de trazo grueso es, al contrario, lo que traerá verdadera cola. Jtxo Estebaranz©humorenlared.com |
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