Oreja a la Plancha: El cambio
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| Nos la habían metido muy hasta el fondo y nos habíamos acostumbrado. Ahora que en algunas alcaldías importantes han ganado el poder personas más simpáticas y más preocupadas por la gente en general, de pronto se habla de posibilidades como por ejemplo la entrada de menores en conciertos de música. Los pequeñajos (y los no tan pequeñajos, como la gente de 17 años) de siempre podían entrar en cualquier bar, en el teatro, en el cine… faltaba y sigue faltando ese pequeño detalle: dejarles acceder a esa otra parte de la cultura. Se les habrá escapado, pobrecitos legisladores, siempre tan ocupados.Lo tienen que cambiar. Lo deben cambiar. En ciudades como Madrid falta también que apuesten por la educación devolviendo la financiación a las escuelas de música (que la mujer de Aznar retiró, ahogando a los profesores) y algunas otras cosas muy básicas. Pero esto es lo primero, hay que cambiarlo con suma urgencia. Y por favor, no me habléis de las bondades de esta norma en cuanto a la protección de los menores ante según qué ambiente o droga legal. En el mejor de los casos es y ha sido una norma paternalista y equivocada. ¡No cortéis más las alas a los niños, melones!
Juan Abarca © humorenlared.com |
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