agosto 24, 2015

Hotel y Domicilio: Capitán Harlock

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En medio de esta corriente perenne de remakes y adaptaciones de series de los setenta y los ochenta, que parece que no se va a acabar nunca, la película de animación del Capitán Harlock no sorprende. Pero, puestos a realizar la inevitable revisión de un mito del anime de hace 30 años, se agradece que la elección haya sido la de una serie tan memorable y cargada de nostalgia mal llevada como la que narraba las aventuras de un pirata espacial en los albores del cuarto milenio. Peor hubiera sido tener que ir a ver en el cine la versión CGI hiperrealista de Campeones, que, de seguir por los fueros a los que nos ha tenido acostumbrados, el film de tres horas y media apenas nos contaría la primera parte de un encuentro futbolístico que culminaría al final de la trilogía. Y eso si no hay prórroga.

Pero al grano. Capitán Harlock, dirigida por Shinji Aramaki (Applesed) a partir de los conceptos desarrollados por Leiji Matsumoto, cuanta como la humanidad se encuentra dispersa por la galaxia.
La coalición Gaia (ríanse ustedes de las actuales instituciones supranacionales) se encarga de que los humanos exiliados (unos 500.000 millones de almas) no salten la valla. Vamos, que no regresen a La Tierra, convertida en un Santuario, para no provocar una guerra fratricida. Pero al Capitán Harlock eso le da igual. El va a su aire. Con su rollo romántico desfasado y su nave Arcadia (mucho menos desfasada, de hecho) se enfrenta a la autoridad y a lo que haga falta. Que para eso lleva un parche en el ojo y una casaca con hombreras, que siempre da mucho empaque. Para los fans de la serie original y, sobre todo, para quienes quieran que el futuro de la animación se parezca más a Final Fantasy (a pesar de todo) que a Polar Express.

Horacio Sandoval © humorenlared.com

 

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