marzo 31, 2016

Butaca de Gallinero: Escándalos

columna_raguirre_cabecera_gr

Uno es perro viejo. O carne de teoría conspiratoria. Me da igual. El caso es que empiezo a oler a chamusquina en todos y cada uno de los aspectos de mi vida. Y en el mundo del espectáculo principalmente. Ya no creo en la casualidad. Y me empieza a llamar la atención que los certámenes y las ceremonias de entregas de premios trasciendan más por la anécdota y el escándalo que por la razón principal por la que se celebran. Así, la ceremonia de los Emmy será recordada por la cara de asco que le puso Di Caprio a Lady Gaga. La de los Goya, por el martirio mediático al que fue sometido su maestro de ceremonias, Dani Rovira, que acabó más quemado que el motor de un 600 de segunda mano. Por no hablar del tradicional rifirafe de Kanye West y Taylor Swift en los Grammy, pero no le voy a pisar la competencia al señor Trilobite. En el momento en que escribo estas líneas aún no se han celebrado los Oscars, pero la polémica sobre el racismo inherente en la ausencia de nominaciones de afroamericanos en las categorías superiores aún colea. (Más…)

Fotomontaje: Cianuro

fm178_pesca_peq

Haz clik en la imagen para verla más grande

© humorenlared.com

 

¿Te has quedado con las ganas? Tienes más de 3.400 puntos de distribución de EL KARMA

Y si quieres la revista en tu casa todos los meses suscríbete

Pincha aquí para ir al sumario de EL KARMA nº 178

marzo 30, 2016

Hotel y domicilio: Black Mass

cabecera_EK177_hotel
r176_hotel

Hay veces en los que una idea parece buena y cuando se lleva a cabo el resultado es garrafal. En otras ocasiones la idea ya parecía una bosta pinchada en un palo, elucubrada por una mente con nula capacidad de verle pegas aunque estas sean del tamaño de un trolebús. Y esa es la base de Black Mass, la película de Scott Cooper, interpretada por Johnny Depp y Joel Edgerton. Corren los 70 y a un agente del FBI se le ocurre la brillante ocurrencia de aliarse con el gángster irlandés James “Whitey” Bulger para que se deshaga de la mafia italiana que domina los bajos fondos (y no tan bajos) de la ciudad de Boston. Total, qué puede salir mal cuando se arropa a un delincuente sanguinario bajo el ala protectora de la Ley (con mayúsculas) para que dé rienda suelta a sus más bajos instintos depredadores y expansionistas. (Más…)

Página siguiente »