marzo 6, 2016

Cómo se hace: ¿Cómo se fabrica el jabón?

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Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se las ha visto y se las ha deseado para quitar las manchas de estofado de mamut de la estola de oso de los domingos. Sin embargo, hasta el año 2.800 a.C., no se aparecería el jabón. Según antropólogos e historiadores, el inventó lo descubrieron unos esclavos domésticos babilónicos que, hartos del trato recibido por sus amos cuando les tocaba limpiar la cocina después de las orgías con comilona, pasaron de barrer y se dedicaron a lanzar cubos de agua sobre la mesa con restos de cordero lechal, así, a cholón y a mala idea, sin quitar el mantel ni nada. El agua mezclada con la grasa del cordero disolvía las manchas que daba gusto. Sus amos les felicitaron por el hallazgo y después colgaron sus cabezas en picas por su acto de insubordinación y poco celo profesional. Pero de buen rollo.
Los jabones son sales de ácidos grasos, producidos la saponificación. En esta reacción la grasa reacciona con la sosa (un agente químico con muy poca alegría de vivir; aunque a veces cuenta chistes negrísimos y crueles, y es entonces conocida como sosa cáustica) para producir jabón y glicerina. La molécula de jabón tiene componentes que atraen el agua (hidrofílicos) y otros que repelen el agua (hidrofóbicos o guarretes). Las moleculas de jabón rodean la grasa y luego esa grasa encapsulada se disuelve en agua. Disolverla en ácido sulfúrico es más efectiva, pero la ropa no queda igual.
Aunque existen métodos tradicionales para hacer jabón, actualmente casi toda la producción es industrial. Las materias primas se mezclan con agua hasta que forman una pasta que luego se transforma en polvo. La pasta pasa por un tubo a presión y se rocía con aire caliente a contracorriente y con gritos antisistema o, en su defecto, condenatorios de la cultura mainstream. El aire evapora el agua de la pasta y se forma el polvo en cuestión, más fácil de esnifar para la gente que le vayan esas cosas. El polvo se revuelve en un tambor giratorio, accionado por babuinos entrenados, convenientemente esterilizados, y pasa por un cedazo que separa las partículas demasiado finas o gruesas, por aquello de la uniformización y el pensamiento único.

© humorenlared.com

 

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