Además del préstamo del término del ciclismo italiano “sorpasso” con el que por allá denominan al adelantamiento (y que nos recuerda que nos encontramos ante una competición al uso), la palabra que se oye sí o sí en este año de campaña electoral ininterrumpida es la de “recuperación”. Dos años llevan promocionándola para borrar aquella otra de “crisis” que apartó de la fe en el crecimiento a la gente común, y que significaría “vamos en el camino de parecernos a aquello que alguna vez dicen que fuimos”. O algo así.

La “recuperación” consiste en tragar ruedas de molino como que los indicadores económicos vuelven a marcar en positivo, que el paro baja y que la afiliación a la Seguridad Social no para de crecer. Para ello, solo hay que creer a pies juntillas en la cascada de datos que se cascan, pero dejando en casa la experiencia en carne propia y el sentido común. Que si nos dicen que la economía crece tres pero que el déficit es menos cinco, el resultado de la suma sigue siendo tres. Y que si no da será por alguna conspiración de la Troika. En fin, que así es la lógica de la “recuperación”. Estos sí que son fanáticos creyentes y no sus archienemigos.

Jtxo Estebaranz©humorenlared.com