diciembre 24, 2016

Mens Insana: No compres, adopta

Llevo 8 años preso y no he cometido ningún delito. Mi escuálido cuerpo ha soportado varias agresiones a lo largo de este encierro, y en la última casi me matan. A pesar de todo, creo que tengo suerte de estar vivo. Ha habido compañeros a quienes se han llevado y no hemos vuelto a saber de ellos jamás. Y después ese espantoso e insoportable olor a carne quemada… Cada minuto de mi vida es una angustiante tortura mientras lucho por sobrevivir. Esto es un gran campo de concentración, a diferencia de lo que muchos creen. Hace años, cuando recibíamos visitas, una tenue luz de esperanza se iluminaba en mi corazón.
Pero la perpetua espera, frustración, y miseria, han hecho mella en este cuerpo enjuto que ni me pertenece. Aún así, conservo mi maravillosa esencia. Cuando era joven y los ojos de las personas se posaban en mí, me sentía exultante. Deseaba tanto huir de aquí… Hoy soy viejo para muchos, y la competencia es abrumante. Ya no tengo miedo a morir. Resisto peor el frío y hay muchos días que no como nada. Muchas veces tratar de llevarse un bocado a la boca puede costarte la vida. En ocasiones me acuerdo de cuando, hace mucho tiempo, vivía en familia. Pero la condición humana es horrorosa y el postureo me ha condenado. Las mismas historias se repiten cada año… En la perrera lo sabemos muy bien.

Sheila Blázquez © humorenlared.com

 

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