marzo 20, 2017

Gora Euskadi: Padres por oposición

Con tanta red social, tanta cámara de videovigilancia, tanto youtuber y tanto mercadeo de baratillo de la intimidad, todo el mundo habla de lo de moda que ha vuelto a ponerse George Orwell y su 1984 de marras. Sin embargo, el diario EL CORREO, siempre a la vanguardia de la información, es capaz de ir más allá de la tendencia y, con voluntad de influencer (tiembla Laura Escanes), de trendsetter del pensamiento periodístico universal, se decanta por futuros más parecidos a Un mundo feliz.
El periódico, que se huele la tostada, titula la noticia aparecida, a cinco columnas, en la página 16 de su edición del miércoles 15 de febrero «Los funcionarios vascos que recurran a «vientres de alquiler» tendrán permisos de paternidad». Comienza el texto con un canto a la conciliación, a los nuevos modelos de familia, a la justicia social y todos los parabienes que el ciudadano de provecho necesita leer para sentir que los tiempos evolucionan favorablemente, dentro de la gravedad. Luego ya entra a comentar que la cosa está fea, que la «maternidad surrogada» no es legal, pero bueno, y que en Euskadi nacen menos niños que en la casa de Las Chicas de Oro. Vamos, que los permisos de paternidad, lejos de ser una medida de gracia son una medida desesperada para que alguien pague las pensiones a los octogenarios del futuro que puedan jubilarse. Que lo mismo se monta un conflicto nuclear de aquí a unos años y se soluciona el problema, pero conviene pensar un plan B.

Para cuando el lector apenas ha terminado de recuperarse del shock ante ese futuro postapocalíptico (el de las pensiones, no el del holocausto atómico), llega la segunda noticia de la misma página: «Uno de cada nueve niños vascos es pobre, el doble que al comienzo de la crisis». Y aquí es donde entramos de lleno en el mundo de Huxley. El periódico podría querernos decir, con esta combinación de titulares, que los trabajadores públicos con plaza, mencionados arriba, ciudadanos Alfa y Beta, son la esperanza reproductiva de esta sociedad de Epsilones muertos de hambre. Tienen la sacrosanta misión de convertirse en faros y guías del proletariado. Más que nada porque ellos son los que se permitirán tener prole. Porque si hay que tener hijos se tienen, pero tenerlos para que parezcan sacados de una novela de Dickens o del programa Callejeros es tontería.

EL CORREO debería ser menos sutil y decirnos las cosas a las claras. Tal vez un titular más directo, del tipo «Funcionario, apadrina un vasco, tú que puedes». Todavía hay clases.

Héctor Sánchez © humorenlared.com

 

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