 |
Y los putos cielos se abrieron para anunciar lo inevitable, la despedida, el funeral vikingo. Nos lo esperábamos para antes o después, pero no queríamos pensar en ello, y de pronto ha ocurrido: la entidad más cazurra, la apisonadora, la picadora industrial de carne avisa de pronto del cese de su actividad, y proclama que se dispone a morir matando. Estamos invitados a meter la cabeza en el avispero por última vez.
Así que cenemos como romanos en una bacanal, tomemos aire con fuerza y acudamos puntualmente a la cita en la que lo que queda de Slayer nos va a partir la cabeza por última vez. Que nos abran en canal, que nos sajen en trocitos, que corra la sangre roja y espesa. Merecemos el mejor recuerdo de este aquelarre inmisericorde, necesitamos ver cómo todo da vueltas, cómo todo estalla en pedazos mientras allí fuera un mundo entero sigue a sus cosas como si nada. Una vez más. La última, y puede que no la mejor, pero seguramente la más cargada de significado. La definitiva. Y la balsámica certificación de que sigue habiendo mucha gente a tu alrededor capaz de hacer la ola a ciertas cosas que de verdad valen la pena.
Juan Abarca © humorenlared.com |
Pincha aquí para ir a otras columnas de Juan Abarca
Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados