Cuando era pequeña, me gustaba coger trozos de vidrio gastado en la playa porque parecían piedras preciosas. Actualmente, me puedo entretener recogiendo plásticos de todos los colores. Nos estamos cargando nuestro entorno y también estamos consiguiendo extinguir especies de animales como el oso polar o el atún rojo. Otra especie en peligro de extinción es el homo sin mobilis.

El otro día, me olvidé el teléfono móvil en casa y me sentí extraña. Eso sí, descubrí que no me hace falta invertir tanto tiempo en pintarme bien la raya de cada ojo. Las personas ya apenas nos miramos a la cara, sino que nos fijamos básicamente en los pies. Ahora por fin entiendo esa moda consistente en enseñar los tobillos incluso en pleno invierno. Es el nuevo escote de la gente. Así que he decidido gastar más tiempo y dinero en lucir unos zapatos y calcetines impecables.
¿Sabíais que todo el mundo camina con el móvil en la mano? ¿Que la postura normal ya no es mirar al frente, sino hacia el teléfono? Ya nadie sabe lo que pasa a su alrededor. A ver quién se atreve a pegarnos la colleja que nos merecemos. Total, no la vamos a ver venir… a no ser que se publique en Facebook.

Maite Ortiz de Mendívil © humorenlared.com