diciembre 17, 2019

Juego de niños: Romería

columna_elene_cabecera_gr

Cuando el pintor bilbaíno José Arrúe salió de la cárcel en 1940 tras la guerra, se encontró con que no tenía nada más que lo puesto. Su casa en Iralabarri, sus enseres, su obra artística, todo había sido expoliado. Arrúe, que durante años había viajado a donde la pintura le llevara -Barcelona, París, Italia, Argentina-, se retiró definitivamente en Llodio ajeno al panorama artístico para centrarse sólo en la tarea de pintar. Con su estilo detallado, dibujístico y a veces cómico siguió retratando la vida en el campo y en la mar.
Estos meses Arrúe ha vuelto a la actualidad gracias a una serie de exposiciones en Bilbao, Gernika y Bermeo dentro del proyecto José Arrúe barrutik. El detalle de sus obras aporta valiosa información sobre el modo de vida tradicional vasco. Es el caso del cuadro A la romería de Santa Lucía. Allí aparecen los romeros, ellas y ellos, procedentes de Bilbao a pie, ataviados con pañuelos de colores y sombreros con flores y plumas. Un atuendo curioso que, según cuenta el etnógrafo Félix Mugurutza, fue documentado por José Miguel Barandiarán como parte de la vestimenta de los peregrinos que a principios del siglo XX caminaban desde Bilbao hasta la romería de Santa Lucía de Llodio. Para quien haya recorrido alguna vez los 18 kilómetros de esa hermosa travesía, la mirada de Arrúe ayuda a apreciar aún más esos paisajes y su historia.

Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Elene Ortega Gallarzagoitia

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados