mayo 26, 2020

Psico: Abuso del chantaje emocional

El chantaje emocional es la acción, consciente o (más o menos) inconsciente, que lleva a cabo un sujeto para propiciar otra acción, o su omisión, de otro individuo apelando a sus emociones mediante la generación de sentimiento de culpa u otro truco psicológico similar. Es una práctica muy utilizada por personalidades pasivo-agresivas que, incapaces de enfrentarse a la otra persona, tratan de manipular su comportamiento haciéndole sentir como una mierda por algo que hicieron, pensaron o comentaron. “El empleo del chantaje emocional es muy variopinto y sólo está limitado por la imaginación del chantajista”, explica la psiquiatra italiana Petra Gatelotoddo. “Un estándar sería «Entiendo que quieras que te devuelva los 12.000 euros que me prestaste hace dos años para que me lo gastara en el bingo. No pasa nada. Malvenderé la casa, haré juegos malabares en la calle, venderé a mis hijos a una fábrica de zapatillas deportivas, viviré bajo un puente… Sólo de ese modo conseguiré devolverte el dinero, que a ti, por otra parte, falta no te hace. Pero tú no te apiades de mí, si te lo debo te lo debo… » o algo similar”.
La persona sometida a chantaje se siente obligada emocional y moralmente a transigir ante lo expresado, anteponiendo el bienestar ajeno al propio aún a sabiendas de que se está comportando como un canelo.
La mejor manera de combatir el chantaje emocional es con más chantaje emocional, bien sea preventivo (es decir, expuesto antes de que el chantajista abra la boca, por ejemplo: “Hola, ayer me acordé de ti y de los 12.000 euros que te presté cuando le tuvimos que extirpar un riñón al chaval pequeño para pagar la factura de la luz, pero no pasa nada, eh, tú a tu ritmo…”) o reactivo (después de enfrentar el chantaje, por ejemplo: “Sí, gran idea lo del malabarismo. Mi mujer también lo haría si no fuera porque tuvo que amputarse los dos brazos y venderlos como comida para perros a una empresa de piensos y no se le da bien manipular las teas ardiendo con la boca. No hubiéramos tenido que pasar por eso de tener los 12.000 euros que te presté, pero no pasa nada, eh, tú a tu ritmo…”).
Los psicólogos recomiendan la paciencia, el buen humor y no tener amigos, conocidos ni familiares.

Dra. Luisa Bergara © humorenlared.com

 

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