enero 18, 2021

Cómic: Dick Tracy

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r213_videojuegosDICK TRACY
Chester Gould
Dolmen

Pocas veces un producto transmedia (por llamarlo de alguna manera) ha hecho tanto daño a una obra nacida en otro formato, con la excepción, tal vez, de la adaptación del videojuego de Mario, aunque incluso en ese caso algunos desviados sociales le profesan culto. La película de Warren Beatty demolió la fama de un cómic clásico y su visionado era como contemplar un accidente de tren, lo que explicaría las caras deformadas de sus protagonistas. Aún así, es justo reivindicar la fuente.
El personaje creado por Chester Gould en 1931 para el Chicago Tribune, cuando, en plena Ley Seca, la mafia asolaba la ciudad con menos glamour que el que reflejaban las tiras de periódico. Dick Tracy es un detective con la cara de la Península Ibérica que dedica su vida a luchar contra el crimen. Enlaza un caso con el siguiente, de lo que se deduce que abusa de la anfetamina para mantenerse despierto, aunque en aquella época la política de venta de productos farmacéuticos con receta era más laxa que la actual.

El estilo de Gould apenas evolucionaría en cuarenta años, siguiendo la máxima de que si algo funciona y te lo dibujas en un cuarto de hora para qué cambiarlo. Pero si por algo destacan las aventuras de Tracy, más allá de su barbilla de harrijasotzaile, es por el pintoresco abanico de villanos que trataban de minar la moral del héroe, eterno prometido de Tess Trueheart y acérrimo defensor de la monogamia perpetua revisable y, por tanto, inasequible a los avances sexuales de Suspiros Mahoney. Un cómic a (re)descubrir para amantes del vintage y gafapastas con ganas de epatar en sus fiestas de tofu.

© elkarma.eus

 

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