Puños fuera: Punks not dead
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La regeneración del proyecto europeo no contará con quien ha sido puntal en las dos últimas décadas, la diablesa Merkel madrina de las políticas de austeridad en la crisis del 2008 y la Ángela Merkel que posibilitó los planes NextGenEU en 2020. La Merkel ha dejado la cancillería alemana y ha escogido para su despedida que los músicos de su Ejército le tocaran una famosa tonadilla de Nina Hagen, la reina del punk germano, con la que la diosa del gamberrismo musical triunfó cuando las dos eran tiernas veinteañeras. La balada de Nina, sobre una base musical moña y repetitiva, contaba que había olvidado el carrete de fotos en color, y que nadie creería en los buenos tiempos al recordarlos en blanco y negro. Su voz, provocativa, sexual y rompedora, daba cuerpo y sentido a la melodía como pocos años después haría Vicious con el My Way. Así, nada de aquella esencia pudo percibirse cuando se la entonó la banda militar. La balada punk se volvió, de este modo, metáfora de la falsificación histórica presente en la que, orillados los carretes en color, sólo quedan los adulterados recuerdos en blanco y negro del agonizante proyecto económico y político europeo. |
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