marzo 11, 2022

Cómo se hace: ¿Cómo se cambia la alcachofa estropeada de la ducha?

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Cambiar la alcachofa de la ducha es un procedimiento de fontanería complejo y que exige formación y destreza a la hora de afrontarlo. Sin embargo, asuntos como la situación económica, la falta de disponibilidad de personal cualificado o, simplemente, la necesidad de tratar de contrarrestar nuestra naturaleza pusilánime y derrotista, proclive a procrastrinar y a hundirnos en profundas crisis de identidad, con actividades que no requieran de la ingesta de ansiolíticos, pueden llevarnos en un momento dado a tener que hacer la sustitución del grifo de la ducha estropeado nosotros mismos y por nuestros propios medios.


La primera cuestión a tener en cuenta es si optar por una alcachofa de metal o por una de plástico. En realidad es un dilema baladí que obedece más a la estética que a otra cosa y no debería llevarnos demasiado tiempo. Si queremos un grifo metálico basta con acudir a una mina de hierro, adquirir medio kilo de metal ya refinado, picado o cortado en lonchas, llevarlo a un herrero para que lo funda en láminas, y una vez tengamos el metal preparado se lo hacemos llegar a un diseñador industrial para que nos fabrique la pieza en un plazo no superior a dos meses. Si optamos por el grifo de plástico tendremos que acudir al bazar chino más cercano a nuestra casa, que a poca cola que haya se nos va la mañana. La manguera la podremos comprar en Leroy Merlin o aprovechar los tubos de goma por los que va la toma de corriente de la fachada del edificio en el que vivamos.

Una vez que tengamos la alcachofa con su manguera procederemos a desatornillar el grifo estropeado. Lo más sencillo es golpear con una maza de obra la pared del baño junto a la que esté la ducha, a fin de reblandecer el tabique, y a continuación cortar con una radial el perímetro de la pared alrededor del grifo para que desatornillar la alcachofa rota sea más sencillo. Una vez hecho, soldamos la manguera y el grifo nuevos entre sí con un soplete de gas butano, y los atornillamos al grifo con una remachadora industrial.

Una vez terminada la parte difícil, remataremos el trabajo encajando el trozo de pared suelto en el tabique original. Cementamos, raseamos, encalamos, alicatamos y sellamos las juntas con silicona. Un trabajo perfecto y mucho más sencillo de lo que pudiera parecer en un primer momento.

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