octubre 12, 2023

Gora Euskadi: Valor y precio

Uno de los grandes retos a los que se enfrenta el medio prensa cada día es lograr no tensar tanto la cuerda que esta acabe partiéndose, desatando el pánico y el caos en las calles de pueblos y ciudades. Como ya he repetido hasta la saciedad en este oasis de sensatez y mesura que es mi, vuestra, columna, los periódicos deben ser reflejo de la realidad, sin ejercer de espejo deformante. Pero en ocasiones la realidad es un trago demasiado amargo, entre descuartizadores estivales, sátiros con alopecia, apocalipsis bíblicos en la información meteorológica, contradicciones del sistema en forma de cuerpos flotantes que llegan a la orilla, guerras sagradas contra occidente y un alza de precios generalizada que alienta al ciudadano a mirar con otros ojos los contenedores alineados junto a las puertas de supermercados y centros comerciales, como para no permitirse la licencia, poética, por qué no, de dejarse llevar por el entusiasmo y obsequiar al lector con informaciones que animan a albergar optimismo. Tal vez enaltecido por ese espíritu de aferrarse a la margarita que crece en medio del estiércol, el diario insignia del Grupo Vocento publicaba en la portada de su edición digital el domingo 10 de septiembre el titular “Más droga y más barata que nunca en Euskadi con la heroína al alza”. No todo iba a ser el aceite de oliva a precio de cuota mensual de hipoteca. Hay vida más allá de la gasolina a dos euros el litro. Cuando el contexto financiero internacional cierra una puerta, el mercado de los circuitos alternativos abre una ventana. La droga es barata. Y no parece que haya peligro de desabastecimiento. El sistema se autorregula.

Es cierto que el entusiasmo decae una vez que hacemos clic y accedemos a la noticia, cuyo titular, al igual que en su edición escrita, muta a un menos economicista “Más droga que nunca en Euskadi”, y se nos informa de que la droga viene a salir más económica que nunca pero que resulta que es mala. Que está muriendo gente. Todo el apasionamiento ante la promesa del ahorro de los primeros momentos se desvirtúa y sume al lector en una suerte de anticlímax que el periódico no resuelve aportando alternativas. Así como otros diarios proponen en extensos reportajes cómo sustituir el inasible aceite de oliva virgen extra por aceite de coco, El Correo no nos dice con qué sucedáneo consolarnos. Si acudimos a la hemeroteca tampoco hallamos una solución satisfactoria. “Fentanilo, el último delirio americano”, del 19 de agosto, suena a producto de importación y “¿Qué es la ketamina, la droga de moda entre los milmillonarios?”, del 29 de agosto, apunta a gustos caros. ¿Nos ha tentado Vocento entonces con un clickbait? No. Nos ha enseñado una lección. Que las drogas serán baratas pero tal vez no nos sienten bien porque la vida no admite atajos. Las drogas no determinan nuestra felicidad. De eso ya se encarga el Happy Cities Index. Aunque que aparezca tu ciudad en la lista a lo mejor tampoco sale barato.

Héctor Sánchez © elkarma.eus

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