julio 31, 2024

Butaca de Gallinero: Derecho al pataleo

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Está visto que, en plena campaña de blanqueo de los villanos de Disney, sus únicos personajes dignos de trasfondo, dicho sea de paso, y pasada de rosca la tuerca de los remakes, reboots y secuelas de monstruos y similares como Godzilla, King Kong, Mike Myers, Hannibal Lecter o Freddy Krugger, al mundo del cine no le queda otra que fijarse en otros antagonistas oficiales. Llamémoslo voluntad de denuncia ante las injusticias del mundo o derecho al pataleo desde la trinchera, algunos personajes reales sobre los que existe consenso y autorización oficial para odiar ejercen ahora de malos de la película. Sin tapujos. Porque la maldad no sólo puede ser banal sino también fotogénica.

El pasado festival de Cannes dio buena muestra de la tendencia. Así, el cineasta polaco Patryk Vega (nada que ver con Vincent, Lou o Paz) presentaba Inside the mind of Putin, un biopic del premier ruso, recreado con IA, que muere al final. Una licencia artística que nos hace pensar en qué momento el cine decidió que, en vez de recrear por ordenador a estrellas fallecidas como Humphrey Bogart o Audrey Hepburn, era preferible clonar digitalmente a gente que ya podíamos ver en el informativo de Antena 3. El otro caso sería The Apprentice, de Ali Abbasi, que cuenta la carrera de Donald Trump. Como si no nos bastase con seguir su vodevil vital por la prensa. La vida como película. El cine como telediario.

Roberto Aguirre © elkarma.eus

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