Debajo de la Palmera: El W.C. está a seis kilómetros
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Existen muchas maneras de ir de vacaciones. Incluso quedándose en casa como en aquella película titulada Aupa Etxebeste! que como no podían pagar la salida familiar y eso no estaba bien visto en el pueblo se quedaron en casa con las ventanas cerradas para dar el pego de que estaban vacacionando. No era así ya que se habían quedado en su casa de sesenta metros cuadrados con los altibajos de los sustos vecinales en una peripecia que la vivieron como si estuvieran en la guerra y sobre todo presas del que dirán. No es muy recomendable hacerlo de esta manera.Se puede ir uno en caravana, al camping de Hossegor, al pueblo de la abuela, a Zahara de los Atunes, Benidorm o en esos cruceros que vas a uno y has ido a todos. Pero también hay gentes que intercambian casas o alquilan casitas para pasarse el mes andando en bicicleta, paseando y haciendo lo que le da la gana. Eso le ocurrió a un matrimonio conocido de Bakio que a través del consulado inglés en Bilbao contactaron con una agencia que les remitió a un pastor protestante escocés. Este les envió las características de la casa, su ubicación, su costo y quedaron en alquilarla para este pasado mes de agosto. Tras la teleconferencia en el consulado comentaron acerca de la planta de la casa y la señora se acordó de no haber visto por ninguna parte el W.C. El matrimonio era partidario de usar la bañera a la antigua usanza. Habían hecho reformas en su casa y este apartado de la casa les parecía fundamental a la hora de alquilar un chalecito con encanto para el verano y ante la duda decidieron escribir al Sr. John B. Watson, dueño de la vivienda. La carta decía lo siguiente: “Gentil Pastor. Somos el matrimonio de la localidad bizkaina de Bakio que hace días contactó con usted con la finalidad de alquilar su propiedad para el mes que viene, pero como olvidamos un detalle importante agradeceríamos nos informara dónde se encuentra el W.C.” El Pastor no entendiendo el significado de la abreviatura y juzgando que se trataba de la capilla relativamente cercana cuyo nombre era White Chapel (Capilla Blanca) contestó de la siguiente manera. “Gentiles Señores. Tengo el placer de comunicarles que el local al que se refieren en su atenta carta queda a unos seis kilómetros de la casa. Es muy cómodo, sobre todo si tiene la costumbre de ir allí con cierta frecuencia. En este caso es preferible llevar comida para pasar allí el día entero. Algunos van a pie haciendo ejercicio, siempre saludable, otros en bicicleta. Hay sitio para unas sesenta personas sentadas y cuarenta de pie y se recomienda llegar pronto para conseguir asiento, pues éstos son de terciopelo. Los niños se sientan al lado de los adultos y todos cantan en coro. En la entrada se distribuye una hoja de papel para cada uno, pero si llega después de la distribución, pueden ustedes usar la del vecino de al lado. Tal hoja de papel debe ser devuelta en la salida para poder ser usada durante todo el mes. Existen amplificadores de sonido, que captan todas las modulaciones y todo esto es en beneficio de los niños pobres del condado. Fotógrafos especiales sacan fotos para los periódicos del pueblo a fin de que todos puedan ver a sus semejantes en el desempeño de un deber tan humano». Ni que decir que el matrimonio de Bakio decidió quedarse en Bakio, tras agradecerle al Pastor su detallada información. Iñaki Anasagasti © elkarma.eus |
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