Psico: Rencor
Así como el yin tiene el yan, la cara su cruz y Pajares su Esteso, el Síndrome del Salvador tiene su reverso tenebroso. Se trata del rencor obsesivo compulsivo hacia un individuo, totalmente desproporcionado en relación a las afrentas que ese individuo haya podido cometer, si es que siquiera ha cometido alguna. “El síndrome no está tipificado, pero eso no quiere decir que no exista. De hecho es muy común. Básicamente consiste en coger manía a alguien y convertir ese odio en una razón de vida”, postula Ataulfa Lacias, psicóloga forense del Hospital Penitenciario San Eleuterio de Fromista. “A unos les da por hacerse fans de Justin Bieber y a otros por odiar a alguien a muerte, tampoco es tan raro… De hecho estas personas que odian son casos muy aburridos. Yo prefiero tratar con cleptómanos con trazas de ninfomanía y dislexia. Será cosa mía”, concluye Lacias. Inquina poco fina Según los expertos, el individuo rencoroso elige a su víctima entre la gente que le rodea, pero en función de la percepción del sujeto odiado, este odio puede tener diferente operativa y motivación. Así, si odia a alguien que percibe como superior (física, intelectual o económicamente) la motivación será la envidia cochina y la operativa se limitará a exhibir el arsenal habitual del pasivo-agresivo. Es decir, críticas por la espalda y chismorreo malintencionado. Siempre de manera obsesiva y monotemática, eso sí. |
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