En el minuto noventa de su mandato, ay esa final de Copa, el gobierno vasco saliente ha permitido los cultivos manipulados genéticamente. Que no cunda el pánico, dicen, la regulación de los transgénicos es para proteger los cultivos actuales y que éstos pervivan. Viene a ser como admitir la circulación de tanques por las zonas peatonales, eso sí, limitando su velocidad. Pero los tanques son tanques y las semillas no entienden de decretos, moratorias, triplicados u OTAs. Las zonas controladas y los sujetos con buzos blancos tipo ET no impedirán que las semillas de la multinacional Monsanto caigan bíblicamente aquí y allá. Tampoco que el polen de sus cultivos vuele más allá de la linde.

Las denuncias de agricultores y ecologistas sobre estos cultivos y la multinacional que los ampara puede que caigan en saco roto. No sería la primera vez que un “avance científico” o “progreso” en forma de pesticida, material de construcción o medicamento cobra su tributo en vidas humanas. Las mutaciones no son cosa de los cómics de superhéroes. A cuenta de este asunto hay personas que se están haciendo de oro.

Julio Albitre Polo, director de EL KARMA

Pincha aquí para ver el Sumario.