Médicos de cabecera de Madrid han firmado un manifiesto en el que analizan la precaria situación que viven los servicios de Atención Primaria en la Comunidad y se quejan de que en los años 90 un médico de familia viudo con tres hijos a su cargo, un sobrino gallego acogido en casa, un abuelo jubilado de RENFE y una interina andaluza como servicio doméstico podía permitirse vivir en un chalet unifamiliar en La Moraleja. Los colegiados aseguran además que un médico de familia de entonces podía ocuparse de los problemas emocionales de su cuñada y de su mejor amigo, que solía acudir al domicilio familiar a usufructuar el televisor cuando jugaba el Madrid, mientras que en la actualidad debe atender a 90 pacientes en una sola tarde y no le queda tiempo para nada.

Vamos a peor

A pesar de que la huelga en la sanidad pública de marzo de 2023 devino en un aumento salarial de 450 euros, que, entre retribuciones básicas y complementarias, pagas extra, antigüedad por trienios y, según el caso, complementos de destino, específicos, producción por vinculación y productividad fija, supone un sueldo medio mensual de 3.226 euros, los médicos de Atención Primaria no se explican que, con lo que ha subido la inflación desde 1995, ahora vivan peor que entonces. “Y luego está lo de la cesta de la compra. Los médicos de familia de los noventa se metían entre pecho y espalda unos desayunos de aúpa. Siempre de primeras marcas. Que sí Panrico, que si Puleva, que si Orlando… Marcas blancas del Lidl no veías tú en esas casas”, lamentan desde el Colegio de Médicos.

Dueños de locales especializados en jamón serrano aseguran que también su poder adquisitivo se ha visto reducido con los años y sólo desean que todo se trate de un mal sueño.

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