El Comité Ejecutivo Nacional de Vox ha agradecido el gesto a Santiago Abascal y a su mujer, Lidia Bedman, pero considera que su sistema de creación de nuevos votantes para la formación es demasiado lento. A pesar del voluntarismo exhibido por el matrimonio teniendo un quinto hijo, la Fundación Disenso, think tank al servicio del partido, cree que, si bien es un método razonablemente adecuado para renovar la masa crítica de votantes y contrarrestar el empuje de otras agrupaciones de extrema derecha como la de Alvise Pérez, los resultados es posible que no se vieran hasta el medio y largo plazo. El recién nacido Hernán Abascal se está limitando por el momento a dormir, lactar y defecarse en el pañal, y no ha demostrado aún demasiado interés por salvar a la patria del socialcomunismo.

Niños, niños, futuro, futuro

Santiago Abascal, que afirma seguir sintiéndose muy preocupado por la irrupción de Se acabó la Fiesta en las pasadas elecciones europeas, ha afeado la conducta al Vicepresidente y Secretario General de Vox, Ignacio Garriga, por decirle que su política de repoblar España entera con su progenie no salvará el futuro del partido si no se complementa con acciones adicionales. “Al menos yo estoy haciendo algo. Vale que Ignacio ya tuviera la camada de cinco churumbeles antes que yo. Pero que no me venga ahora con que mi sistema es lento. ¿Sabes quién era lento? Blas de Lezo cuando le amputaron la pierna izquierda por debajo de la rodilla. Y aún así defendió Cartagena de Indias de los perros ingleses. No me vengáis con hostias”, argumentaba Abascal con vehemencia.

Lidia Bedman ha defendido a su marido en todo momento pero se ha negado en redondo a continuar con la siguiente fase del plan. “De cuatrillizos se va a quedar embarazada tu abuela la de Amurrio, Santi”, respondía tajante.

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