Txarriboda News 1201 (04-09-2024)
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La compañía Glovo ha anunciado que no volverá a entablar relaciones de colaboración con riders que tengan vinculación laboral con la industria del porno. La empresa de servicios de comida a domicilio reconoce estar “muy descontenta” con su escasa eficiencia y a partir de ahora prescindirá de hacer contratos de cobro por pedido con este tipo de profesionales autónomos. El propio CEO de Glovo, Óscar Pierre, entiende que los riders deban tener fuentes alternativas de ingresos para poder pagarse la seguridad social y los mantenimientos del vehículo y del teléfono móvil, pero que no está dispuesto a que los repartidores de Glovo tengan un índice de entregas tan bajo por culpa de señoras en picardías y bata transparente que les preguntan a ver si pueden pagar la entrega a domicilio de otra manera porque no llevan suelto y acaban entreteniendo al rider. Les echas una mano y te toman el pie Glovo, empresa a la que la Ley Rider aprobada hace tres años ha supuesto el mayor varapalo a su sistema de contratación desde la convención de la Sociedad de Naciones de 1926 para la erradicación de la esclavitud, considera que ya ha hecho bastante con permitir que los riders se queden con 4 euros brutos de cada pedido como para consentir solapamientos competenciales. “Entendemos que el rider al que le asalta una señora que se ha dejado la cartera en el otro conjunto de lencería y le propone opciones alternativas para remunerar el servicio puede sentirse impelido por la empatía y acceder puntualmente, pero ya que un cámara, una técnico de sonido y un iluminador graben las escena para subirla a la web de Fakings no nos parece de recibo”, explica Carles Rosas, VP de Finanzas, muy preocupado por las reseñas negativas de usuarios que se quejan de esperas demasiado largas y riders que llegan con la camiseta del revés y la pizza fría. © elkarma.eus |
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