Ulla O’Bheirim, relaciones públicas de Apple en la República de Irlanda, ha anunciado la intención de abonar el importe de la multa del Tribunal de Justica de la Unión Europea “en especie, con dos cojones”. Según O’Bheirim el pago será satisfecho mediante la entrega de manzanas, golden y reineta, “en bolsas, cajas, palés, e incluso puede que containers, porque el día de la sentencia la fruta cotizaba en Irlanda a 2,52 euros el kilo”. O’Bheirim ha desmentido que Tim Cook, CEO de la multinacional, haya valorado abonar con peras los intereses de demora, a sumar a los 13.000 millones de euros, por ayudas fiscales ilegales recibidas en Irlanda entre 1991 y 2014. “Sumar peras y manzanas hubiera sido anti corporativo”, concluye O’Bheirim.

Eva, qué comes…

Agapito Comochos, analista en Fart & Ventures señala que la modalidad de pago planteada por Apple tiene “visos de prosperar: todos los países de la Unión Europea la recogen en su legislación”. La catedrática en Derecho Fiscal Comparado Teresa Blazos cree que se abre una nueva vía en las relaciones contribuyente-administración. Según Blazos, la “brillante” jugada sitúa a la multinacional a la par del autónomo que, emitiendo un inequívoco aroma a gasolina, acude a Hacienda con carretillas cargadas con monedas de un céntimo y un ardiente deseo de pagar su multa de miles de euros o del aristócrata sin liquidez que enajena entre sudores un valioso cuadro del siglo XVI que su familia había conservado hasta que la cocaína lo ha hecho todo más cuesta arriba.

La introducción en Irlanda de tal cantidad de manzanas, casi 6 millones de toneladas cuando la producción total mundial no alcanza el millón anual, podría trastocar el mercado mundial del fruto y convertir a la sidra en la bebida nacional de Irlanda, advierte Comochos.

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