El Tribunal de la Haya ha emitido una orden de busca y captura contra los descendientes del creador del teclado QWERTY por crímenes de lesa humanidad. Los herederos de Christopher Sholes, autor intelectual y material del diseño del teclado, podrían enfrentarse a varias penas consecutivas de cadena perpetua en calidad de responsables subsidiarios de la obra de Sholes, quien en 1873 decidió por decisión propia, y sin que mediara ningún tipo de coacción, colocar juntas la letra B y la V. La Corte Penal Internacional lleva años recibiendo peticiones de organizaciones como la RAE, la Fundación María Moliner o el equipo de redacción de Pasapalabra instándola a tomar medidas. La iniquidad con la que el teclado ha hecho pasar despistes tipográficos por faltas de ortográfia propias de gente ágrafa pesará a la hora de dictar un veredicto que promete ser ejemplar.

Tolerancia cero

Aunque de momento no ha habido nuevas declaraciones por parte de Tomoko Akane, presidenta de la Corte, fuentes cercanas al Tribunal han informado de que ya se han iniciado los tramites para la detención y posterior traslado a la ciudad neerlandesa de ciudadanos y ciudadanas emparentadas con el responsable directo de los crímenes provocados por el teclado QWERTY.

“Miles de familias se han visto destrozadas porque uno de sus miembros ha escrito con su máquina de escribir ‘plaza bacante’ al solicitar un ascenso y la empresa ha procedido a su despido. Cientos de jóvenes que cumplían el servicio militar perdieron la vida al teclear ‘Balladolid’, no obtener el permiso de fin de semana por analfabetos y sufrir un accidente durante las prácticas de mortero, distraídos pensando en lo que estará haciendo su novia. La lista es interminable. Queremos justicia”, explica Santiago Muñoz Machado, director de la RAE.

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