La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, han decidido que la única manera de desatascar las negociaciones sobre el acuerdo del Bréxit es provocar una voladura controlada del túnel que cruza el Canal de la Mancha. Ambas partes consideran que “o se procede con medidas drásticas o nos acomodamos y acabamos mareando la perdiz”.

Y fuera

La operación programada, que ya se conoce como Maniobra Hernán Cortés, pretende generar un punto de no retorno que agilice la toma de decisiones para el Tratado que defina legalmente la relación futura de la Unión Europea y Reino Unido a partir del 1 de enero. “Empiezas a hablar de competencia justa, gobernación y pesca, y acabas enseñando las fotos de la familia y comparando mascarillas porque la reunión es un peñazo y todos quieren irse ya a comer o a una de esas fiestas que montan en garitos de Bruselas que combinan orgía y Escape Room”, explica Danny Namaitt coordinador de Estrategia y Celebración con Globos “postbrexit”. La iniciativa de la voladura de la vía de comunicación entre Europa y Gran Bretaña habría surgido del grupo de asesores especializados en la Teoría de Juegos de Forbes Nash. “Concretamente en la del mus visto. Johnson apostó por minar el Canal y von der Leyen por lo de los explosivos. Von der Leyene ganó con un glorioso órdago a grande”, puntualiza Namaitt.

La decisión sobre si la demolición correría a cargo de la compañía británica R.J.Blasting o la alemana Cabo Bauservice GmbH está siendo nuevo objeto de debate.

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