La directora ejecutiva de la Bolsa de Nueva York llamará a Donald Trump todos los días por las mañanas para saber “de qué hostia se ha levantado”. Así lo ha comunicado Lynn Martin, CEO de NYSE, en un intento de baremar el humor del presidente estadounidense. El objetivo es hacerse una idea de si toca caos en Wall Street ese día o no. Las llamadas tendrán lugar después de que Trump haya desayunado para evitar insultos y malas contestaciones. Los constantes cambios en las políticas arancelarias han animado a Martin a tomar la iniciativa para evitar más hernias de esfinter en el mercado de valores. La jefa de protocolo de la Casa Blanca, Gladys Boluda, ha dicho que por intentarlo no se pierde nada aunque teme por la vida de quien le acerque el teléfono.

Pánico y mal cuerpo

Las caídas de las acciones y el anuncio de Trump de la entrada en vigor de los aranceles para luego desdecirse y proclamar una tregua, han obligado a los responsables de la Bolsa neoyorquina a habilitar el operativo de la llamada preventiva. La llamada, que será por videoconferencia para poder analizar el lenguaje no verbal de Trump, se proyectará en pantalla gigante junto al panel de cotizaciones, y ayudará a los agentes de bolsa a saber si deben contactar con su camello para que les acerque al parquet más tabletas de metacualona o con su proveedor de confianza de cuchillas de afeitar.

“¿Saben que hay gente que hasta que no toma un café no es persona? Pues Donald ni con café con chococrispis. Pero bueno, al menos por la densidad de los espumarajos que suelte por la boca y el volumen de voz con que nos mande a tomar por culo nos haremos una idea de si va a ser una jornada tranquila o si por el contrario le va a dar por gravar con un impuesto el uso de pantalones bombachos a media mañana”, explicaba Martin.

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