Un ciudadano británico ha denunciado a los tres cerditos ante la Guardia Civil de Mojácar por un delito de publicidad engañosa, estafa y fraude turístico. El súbdito inglés alega que el trío de cerdos arrendadores del piso turístico de ladrillo en alquiler había omitido “detalles cruciales” en la descripción de la web de Airbnb. Según se expone en la denuncia, los tres cerditos no habían hecho mención a la presencia de un lobo ataviado únicamente con una gabardina que aparece sorpresivamente por el inmueble para soplar delante de la puerta. El turista se queja de que en ningún momento se le informó acerca de este agente perturbador y advierte de que a veces no sólo se limita a soplar sino que muestra sus genitales con obscenos movimientos de cadera.

La gentrificación es lo que tiene

Los tres cerditos, que también alquilan otros dos inmuebles, uno de paja y otro de madera, en la plataforma digital dedicada a la oferta de alojamientos, se han limitado a argumentar que en el perfil de Airbnb se especifican datos técnicos y de equipamiento pero que no se responsabilizan de “la chusma local que merodea por el vecindario”. El denunciante ha comunicado que los propietarios del piso turístico le han ofrecido soluciones parciales al problema y hacen dejación de sus responsabilidades contractuales. “Me han dicho que le pida al lobo que entre por la chimenea y que luego la encienda, pero se trata de un piso en un primero. Me están mareando con tecnicismos para ganar tiempo, los muy hijos de puta”, lamenta el turista británico.

La Guardia Civil ha informado de que el lobo ya tenía puesta una orden de alejamiento de la abuela de Caperucita y ha desmentido los rumores que le vinculan con la plataforma Unión de Inquilinos de Almería.

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