El colectivo de tarotistas, videntes y futurólogos ha emitido un comunicado conjunto en el que denuncia públicamente que “el periodo de incertidumbre y falta de certezas fiables sobre lo que nos depara el porvenir a causa de la naturaleza fluctuante de las medidas antipandemia” está volviendo extraordinariamente difícil “cuando no imposible” desarrollar su trabajo.

Precariedad laboral

“La gente acude a nuestras consultas para que le digamos su futuro y tenemos que contestarle que no lo sabemos. Así de duro está siendo esto”, explica Bárbara Misfuster, pitonisa, quiromante y consultora de varias agencias de valores y sociedades gestoras de carteras. “Lo peor de todo es que la mutabilidad del contexto socioeconómico y la imprevisibilidad del panorama sanitario ponen en entredicho la solvencia de nuestra actividad profesional, y esa crisis de credibilidad y confianza pueden repercutir negativamente en la percepción pública del sector”, se lamenta Misfuster mientras consulta los posos del té con resultado no concluyente. Calculadores de cartas astrales de diferentes disciplinas comparten datos con la esperanza de que el algoritmo zodiacal les permita encontrar constantes predictivas basándose en el fenómeno de multicolinealidad, sin éxito por el momento.

Grupos de extíspices y arúspices, especializados en la lectura de vísceras, han lamentado que la normativa sobre experimentación animal les impida aportar soluciones que contribuyan a desentrañar los secretos del destino esquivo.

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