Netflix ha anunciado que no habrá segunda temporada de la serie con la que pretendía tratar de manera “divertida, desprejuiciada, irónica, imparcial y políticamente correcta” el tema de la memoria histórica. Aunque todo parecía apuntar a que se trataría del nuevo éxito de la plataforma de streaming, que continúa buscando un nuevo hit análogo a La Casa de Papel, la comedia familiar Fosas de Casa no ha terminado de convencer a la audiencia, a pesar de su gran despliegue promocional en redes sociales.

Otra serie tirada a la cuneta

Las desventuras de la familia de antropólogos forenses y de su excéntrico vecino, un joven con gafas de alta graduación, pantalón pitillo y tirantes, votante de Vox, quedarán inconclusas ante la falta de respuesta de un público que no ha respaldado la apuesta de Netflix para esta primavera. “No entendemos qué ha podido fallar. Las tramas eran frescas, con un chiste nuevo sobre la guerra civil en cada episodio. Como la tronchante discusión del capítulo piloto sobre qué bombardeo había masacrado a más población civil, si el de Gernika o el de Cabra. Es que me desternillo sólo de acordarme. Pero bueno, supongo que la gente no estaba preparada para un contenido con este nivel de sofisticación y buen gusto…”, comenta Gorka Galera, uno de los guionistas de la producción cancelada.

El plantel de actores de la serie lamenta la suspensión de la producción de Netflix, considerada por algunos de sus escasos pero fieles seguidores como la mayor carta de amor al humor inteligente desde Gym Tony, “precisamente ahora que se ha montado toda esa polémica sobre las condiciones de trabajo de los camareros”.

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